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Savic celebrando un gol con el Atlético de Madrid

Un empate para ser tercero

El hispanobrasileño no estará frente al Athletic Club

Que el del Benito Villamarín era un mero trámite entre dos partidos muy emotivos lo demostró Filipe Luis cuando, tras una falta a la media hora, pidió al colegiado que no le amonestara. Si veía amarilla se perdía el último partido del Atleti en el Calderón. Su cara era el perfecto reflejo de sus sentimientos. El hispanobrasileño no estará frente al Athletic Club. Giménez, que también estaba apercibido y también fue amonestado, tampoco. Eso es lo poco destacable del Atlético de Madrid en la primera mitad. Y, como leen, no es positivo. Así fue la mitad del encuentro colchonero.

El equipo de Simeone arrancó el partido como se suelen empezar los días de resaca. Perezoso, sin ganas, dejándose llevar ante el inexorable paso del tiempo. Sin mayor plan que sobrevivir. El once pretendía otra cosa, pero ni la cabeza ni las piernas permitieron mayores alardes. El Betis, todo hay que decirlo, tampoco. No es que los béticos sean un equipo difícil de batir, pero el cambio de entrenador y la necesidad de al curso en el Villamarín apretaba a los verdiblancos. Joaquín, Rubén Castro y Dani Ceballos eran los encargados de guiar el asunto. En especial el último. Es un futbolista superlativo. Manejó el balón a su antojo, mejoró cada jugada en la que participó y envió un balón al palo. Dicen que al Cholo le agrada. Después de lo de ayer no me cabe ninguna duda. El caso es que el Betis mereció más en la primera parte.

Afición Atlético de Madrid
El Atleti rasca un empate contra el Betis que le sirve para ser tercero | GTRES

Tras el paso por los vestuarios los sevillanos salieron dispuestos a lograr lo que no pudieron llevarse en la primera mitad. 

Guiados por un extraordinario Ceballos los béticos buscaron a la meta rojiblanca con ahínco. En una de esas llegó el gol local. 

El rechace de un córner cayó en la frontal del área donde estaba el mejor jugador del encuentro, Daniel Ceballos, que se sacó una volea sensacional para batir a Oblak. El esloveno, tapado por su defensa, reaccionó tarde y no pudo evitar el tanto.

A Simeone no le gustaba lo que veía. Tras el gol, menos aún. Lógico. En un primer momento pensó en meter a Gaitán, pero al final entraron el argentino y Torres. En la siguiente jugada llegó el empate. Una falta botada al área, fue prolongada en la frontal por Saúl y remachada por Savic a gol. Primer tanto del montenegrino con la zamarra rojiblanca. No supo ni como celebrarlo. Los jugadores béticos reclamaron, parece que con razón, que hubo mano de Saúl. El colegiado amonestó a discreción y no atendió a las protestas.