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Radamel Falcao celebrando un gol con el Atlético de Madrid

Las claves de la ruinosa venta de Falcao

'El Tigre' no decidió su propio futuro

Faltaba muy poco para que acabara el año 2011 y en una Notaría de la Milla de Oro madrileña, se reunían Miguel Ángel Gil Marín y Nelio Freire Lucas, en representación de Club Atlético de Madrid SAD y DOYEN SPORTS INVESTMENTS LIMITED, respectivamente.

De lo que se trataba era de firmar una Escritura de Venta de Derechos Económicos y Asistencia Financiera, a través de la cual, entre otros derechos, se vendía el 33,33% de los derechos económicos de Radamel Falcao. Pero, en realidad, como luego les contaremos,se estaba firmando la venta programada a 13 meses vista del bueno de Radamel.

Ayer, volvió Falcao a Madrid, en olor de multitudes, entre reconocimientos, peticiones de homenaje con placa incluida y algún que otro anhelo de ponerlo de nuevo a las órdenes del Cholo. Y se llevó una gran ovación del Metropolitano. Pero muchos tampoco entienden tanto cariño, cuando Falcao se fue sin mostrar oposición alguna. Donde se le dijo, como se le dijo y cuando se le dijo. Sin rechistar. Todo tiene su explicación y, el jugador, poco pudo hacer al respecto. Lo que les voy a contar está basado rigurosamente en documentos firmados entre las partes implicadas. Podría citar el nombre del Notario, las fechas y reseñar las estipulaciones concretas, muchas de las cuales se reproducen literalmente. Ustedes son libres de creerme o no.

Falcao tenía una cláusula de 60 millones, pero se pactó su salida por 43

Falcao, había firmado su contrato de trabajo de jugador profesional con el Club, el 22 de agosto de 2011, por 5 temporadas que obviamente nunca se cumplieron y con unos emolumentos de 3 millones netos por temporada. El Atleti se obligaba también a pagar a la sociedad tenedora de los derechos de imagen de Radamel, el 15% de la suma de los rendimientos de trabajo del jugador más una contraprestación por la cesión de dichos derechos de imagen. Se fijaba, por último, una cláusula de Rescisión de 60 millones de euros que nunca se hizo efectiva dado que su venta fue pactada en 43 millones entre Doyen y el Mónaco.

¿Entre Doyen y el Mónaco? Se preguntarán ustedes. La respuesta es fácil; El Club, había puesto en manos del Fondo todo lo referente a la venta de Falcao, mediante contrato privado elevado a público el 30 de diciembre, en una doble vertiente:

Obligándose a promover la transferencia definitiva del jugador y de sus derechos federativos con anterioridad al 1 de febrero de 2013, garantizando a DOYEN una cantidad mínima de 12 millones de euros antes de dicha fecha, como contraprestación al 33,33% que antes le había vendido y la asistencia financiera contratada.

Otorgando a DOYEN un mandato de venta en exclusiva y de carácter mundial para que a través de los Agentes FIFA instruidos por DOYEN, esta pudiera promover la transferencia del jugador.

Cuatro meses después de su contratación, el club pacta el valor mínimo de Falcao en 36 millones

El 29 de diciembre de 2011, con Simeone ya fichado y aún sin haber aterrizado en Madrid, el Director Deportivo del Club, José Luis Pérez Caminero, suscribe un documento por el que declara que ha sido preguntado por el valor de mercado del jugador y certifica "que su valor no debería ser nunca inferior a la cantidad de TREINTA Y SEIS MILLONES DE EUROS, existiendo indicios razonables para entender que su precio de mercado debería estar por encima de dicha cantidad".

Así pues, por obra y gracia de José Luis Pérez Caminero –no se lo crean-, se fijó el valor mínimo de venta de Falcao en 36 millones de euros en toda la documentación  suscrita entre Miguel Ángel y Nelio Freire, pactándose que el Club no se podía negar a la venta del jugador por una cifra igual o superior a dicha suma, bajo la amenaza de incurrir en una serie de penalidades, mucho más gravosas desde un punto de vista económico.

Comprueben que El Tigre ficha por el Atleti en agosto de 2011 y en diciembre de dicho año, esto es, cuatro meses después, se firman las condiciones de su venta para que se consumara la misma antes del 1 de febrero de 2013. No extrañan, por tanto, las siguientes declaraciones del jugador a la revista Líbero:

¿Sabías que el Atleti era de paso?

Sabía que era muy difícil quedarse por el proyecto deportivo y el momento económico que atravesaban. Siempre se hablaba de que tenían que venderme a final de temporada así que enseguida me di cuenta. A los cuatro meses ya sabía que no estaría allí por mucho tiempo…

A los cuatro meses. Todo concuerda. Es un indicio para pensar que el jugador ya estaba avisado de que su fecha de caducidad en el Club, quedaba comprometida para el mercado invernal del 2013. Obsolescencia rojiblanca programada, que se llama.

Pero, dirán ustedes que Falcao no se fue en el mercado invernal, sino en julio de 2013. Cierto. Y ahora, agárrense que vienen curvas:

Gil Marín suscribió una garantía adicional a las múltiples ya existentes (cesión en garantía y prenda de los créditos del Club frente a Nike y Madrid Deporte Audiovisual SA por importe de 17.100.000 euros) por si no devolvía los 12 millones mínimos garantizados a DOYEN. Y esa garantía no fue otra que ceder otro 33,33% de los Derechos Económicos del Jugador, de manera que tras el 1 de febrero de 2013, DOYEN pasó a ostentar un 66,66% de dichos derechos.

El Atleti solo percibió 14 millones de euros por el traspaso de Falcao, cuando lo había contratado por 40

Cabe concluir, pues, de lo estipulado, que de los 43 millones percibidos en julio de 2013 del Mónaco, por la venta efectuada cinco meses fuera del plazo programado con DOYEN, el 66,66% se lo llevó el Fondo, por lo que al Club solo le quedarían poco más de 14 millones.

O bien, podría ser que,como mínimo le fueran abonados a DOYEN los 17,1 millones garantizados con los contratos de Nike y MDA, en vez de los 12 inicialmente pactados, esto es, a millón por mes de retraso en el cierre de la venta.

En cualquiera de los casos, la operación es ruinosa, pues cobrara 14 o 26, Falcao le había costado al Atleti 40 millones, más allá de los títulos alcanzados con la participación excelsa del de Santa Marta.

Tras escudriñar las cuentas anuales de esos ejercicios 13-14 para desvelar si arrojaban alguna luz al respecto, ha resultado una labor infructuosa dada la opacidad habitual de las mismas, en las que nunca se citan nombres propios. Siempre nos quedará la duda de cuánto perdió el Atleti con la venta de Falcao.

Falcao declaró no ser dueño de su propio futuro

Pero sí cabe sacar alguna conclusión, siempre muy triste, que dejamos aquí en boca del propio Radamel, según declaraba a Líbero:

¿El futbolista es dueño de su destino?

No, no lo es. A veces me da risa cuando la gente me pregunta que por qué no fui para acá o por qué no que quedé allá, como si el futbolista pudiera decidir dónde trabajar. Y yo les diría a algunos periodistas, ¿por qué no trabajas en la CNN o en ESPN? Es lo mismo que en el fútbol. Muy pocas veces tiene las opciones de ir a un lado u otro. He vivido situaciones en las que no he podido vivir lo que he querido, muchísimas veces. Quiero ir a un sitio y al final tengo que ir para otro.

Y de las razones de la sumisión de Gil Marín a los designios leoninos y usurarios de DOYEN…ya hablamos otro día.